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Entonces los jefes filisteos le llevaron a Dalila siete cuerdas de las más fuertes y resistentes, y ella ató a Sansón. Dalila había escondido en su cuarto a unos hombres, así que gritó: «¡Sansón! ¡Los filisteos te atacan!»

Pero Sansón rompió las cuerdas como si fueran hilos viejos, y los filisteos no pudieron descubrir el secreto de su gran fuerza.

10 Dalila le dijo a Sansón:

—¡Te burlaste de mí! ¡Me engañaste! ¿Qué hay que hacer para sujetarte?

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